Energía solar fotovoltaica

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Aprovechando los avances y estudios tecnológicos, los sistemas de Energía Solar Fotovoltaica aprovechan la propiedad de determinados materiales de transformar la energía de la luz en energía eléctrica.

Este proceso, conocido como efecto fotovoltaico hace que los materiales semiconductores dopados, como es el caso del silicio con determinados elementos que potencian sus cualidades eléctricas, expuestos a la radiación solar produzcan una diferencia de tensión en sus extremos, generando directamente una corriente eléctrica en el mismo, capaz de ser reconducida o almacenada para su posterior consumo.

Si bien los rendimientos de las actuales células fotovoltaicas oscila entre el 12 y el 20 por ciento de aprovechamiento de la energía que reciben, lo cual es poco, sin embargo, la gran ventaja de esta aplicación es que no necesita de otras fuentes para utilizarse, su bajo mantenimiento, su larga durabilidad de muchos años y no tiene incompatibilidades con otras actividades, no emite ruidos, humos…
 

Actualmente y a nivel doméstico, hay dos sistemas de aplicación para este tipo de energía, la utilización de las células fotovoltaicas en instalaciones aisladas, o las conectadas a red.

Instalaciones Aisladas

Imagen Fuente: IDAE

Las Instalaciones Aisladas, como su nombre indica, son instalaciones que se realizan en aquellos lugares en los que la red eléctrica no llega, o el coste de su implantación, desaconseja el mismo. Por lo que con estas instalaciones generamos electricidad para su consumo directo, como pueden ser repetidores aislados, depósitos de agua, cabañas, instalaciones o viviendas ganaderas aisladas, barcos, boyas marinas y señalizaciones, etc.

Al igual que nos pasa con cualquier tipo de energía renovable, los consumos de la energía no se acompasan con su producción, por lo que es imprescindible la acumulación de la misma para poder disponer de suficiente cantidad a la hora de tener demanda de consumo.

Y es aquí donde encontramos uno de los puntos débiles de este sistema de generación, ya que los acumuladores de energía, comúnmente conocidos como baterías,  utilizados en la actualidad son de Plomo-acido, siendo unos elementos costosos y que al final de su vida útil tienen una complicada gestión del residuo final, además de que su vida útil es limitada y muy dependiente del uso y mantenimiento que reciba la instalación.

Por otro lado, y como punto a su favor, tenemos que decir que  los acumuladores están en continuo desarrollo, sobre todo para aplicaciones para vehículos eléctricos, en donde su combinación con otras tecnologías, corrigen estos inconvenientes, pero son soluciones aún no disponibles para su uso en serie. 

Por todo lo comentado anteriormente, el dimensionamiento adecuado de la instalación, un completo y detallado análisis de los requerimientos o consumos energéticos de la misma, así como un correcto mantenimiento posterior, constituirán uno de los puntos críticos para la correcta instalación y su adecuado rendimiento tanto energético como económico, favoreciendo así la satisfacción del usuario.

Por tanto, si la intención es producir energía solar y existe conexión con la red eléctrica cercana, lo mejor ambientalmente es inyectar la energía producida directamente a la red.

Instalaciones conectadas a red eléctrica

Imagen Fuente: IDAE

A diferencia de las anteriores, la finalidad de estas instalaciones es verter a la red la electricidad generada, sin necesidad de acumuladores, lo que supone una solución ambientalmente más positiva que la anterior.

Su mantenimiento es más sencillo, ya que prescinde del principal problema que suponen las baterías, y el análisis del ciclo de vida es igualmente más favorable desde el punto de vista medioambiental.

Una de las ventajas que presenta estas instalaciones, es que sus cálculos y dimensionados, se reducen enormemente, ya que el único condicionante a contemplar, es la superficie física disponible para ubicar los paneles fotovoltaicos, ya que verteremos a la red el consumo, sea el que sea.

Otra de las ventajas de estas instalaciones es que pueden generar electricidad en cualquier punto de la red, ya sean grandes parques o huertos solares de varios MW de potencia o en pequeñas instalaciones de unos pocos kw, instaladas en tejados de viviendas, edificios públicos, etc… , y así, cada Kw producido con energía solar, evita la generación de ese mismo kw, con energías fósiles.

Este sistema de generación eléctrica, supone una de las tecnologías que permite descentralizar la generación de electricidad, o lo que es lo mismo, la producción total se distribuye a lo largo de un sinfín de pequeños, o no tan pequeños, productores de energía, originando lo que en el ámbito eléctrico se conoce como generación distribuida.

Sin embargo, la normativa legal que regula las condiciones administrativas y económicas de conexión de  estas instalaciones, es decir la normativa que regula las primas y precios de venta de la energía producida, ha sufrido varias modificaciones y se encuentra en permanente revisión.

El RD de Autoconsumo, que regula la conexión de instalaciones de menos de 100 kW, facilitará los trámites para estas instalaciones. Se espera la elaboración de un Reglamento, que marque los términos en los que la compañía y el usuario realizarán el balance de energía y por tanto, el pago de la energía neta consumida o producida. Ante esta situación, aun algo confusa, es recomendable el asesoramiento de una empresa especializada, que le informará del estado actual de retribución económica y su viabilidad técnica y económica.

Ejemplos de instalaciones solares fotovoltaicas en el municipio de Santander

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Instalación de conexión a red en el Centro Ambiental Los Viveros, Ayuntamiento de Santander

Con esta instalación de 5kW de potencia nominal, se generan e inyectan a la red eléctrica general 4500 kWh de energía proveniente del sol, al año, desde el año 2005. Se trata de una instalación fija de 32 módulos fotovoltaicos de 175 Wp con un inversor de 5kW.